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¿Quién paga el costo?

San Juan, 4 de agosto de 2025

 

Enfermarse en Puerto Rico es un lío. Cada día, más personas enfrentan filas interminables en hospitales colapsados, escasez de especialistas y demoras peligrosas para tratamientos urgentes. Mientras tanto, cientos de médicos y enfermeras empacan sus maletas y se van, buscando estabilidad y respeto que el sistema local ya no ofrece. Lo que alguna vez fue una red funcional de salud pública hoy se tambalea entre la falta de fondos, decisiones políticas fallidas y el abandono institucional. La crisis no es nueva, pero sus consecuencias son más visibles y alarmantes que nunca. Hablemos de lo que está pasando.

 

Según un estudio reciente, más de 8,600 médicos han abandonado la isla entre 2009 y 2022, reduciendo casi a la mitad el número total de pacientes atendidos localmente (The Associated Press). Esta pérdida ha generado graves desbalances: falta de especialistas, largas filas en las salas de emergencia y cierre parcial de servicios básicos (Desde el Hemiciclo Municipal, Medicina y Salud Pública).

 

Al mismo tiempo, el financiamiento federal de Medicaid en Puerto Rico está limitado por un techo legislativo, fijado en solo 3,475 millones de dólares para el año fiscal 2025 (KFF). Y para 2026, los planes de Medicare Advantage sufrirán un recorte del –1.11 %, frente a un aumento promedio del 5 % en los estados, dejando huecos presupuestarios en un contexto de inflación en salud que ronda el 5 % (mmapapr.org).

 

¿Y quién resiente el golpe?

  • Médicos, enfermeras y personal sanitario: enfrentan contratos cada vez más precarios, salarios que no se comparan con los de EE. UU., condiciones laborales difíciles y escasas oportunidades de crecimiento profesional (Claridad, Harvard Public Health Magazine).

  • Pacientes crónicos y vulnerables: viven interrupciones en la provisión de medicamentos controlados, incluso tratamientos oncológicos, por cambios administrativos en el Departamento de Salud (Periódico El Sol).

  • Áreas centrales y rurales: decenas de municipios no cuentan con hospitales ni camas accesibles, obligando a desplazamientos largos que dificultan o imposibilitan la atención. Algunos pacientes enfrentan demoras de horas o incluso días (WLRN, Desde el Hemiciclo Municipal).

 

Aunque hay señales leves de mejora —como la reducción en los tiempos de espera en la VA de San Juan (14.7 días en abril 2025 vs. 19.8 en abril 2024)—, no alcanzan para contrarrestar el panorama general (Prism Reports).

 

¿Hubo avances recientes? El gobierno actual anunció una inversión de 24 millones de dólares para retener médicos residentes y alinear sueldos a estándares competitivos (AP News). Sin embargo, líderes del sector consideran estas medidas insuficientes. “El sistema sigue quebrado financieramente”, advierten, y aseguran que se necesita mucho más que parches para detener la hemorragia (Claridad, Medicina y Salud Pública).

 

La voz de algunos profesionales: 

 

“Los hospitales están financieramente inestables… el ingreso federal menor complica el sistema… se nos siguen yendo los médicos… se espera que para el 2030, el 50 % de los especialistas se retiren” – Dr. Carlos Díaz Vélez, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos (Claridad).

 

En resumen, sin un plan estratégico y sostenido para atender esta crisis, el derecho a la salud en Puerto Rico seguirá desmoronándose, y con él, la calidad de vida de millones que dependen de un sistema que ya no los sostiene.

Por: Ivanna Feria​

 

 

 

 

Fuentes Utilizadas: 

Fuente 1

Fuente 2

Fuente 3

Fuente 4

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Fuente 6 

Fuente 7 

Fuente 8 

Fuente 9

Fuente 10 

Fuente 11 

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